Nuestros abuelos siempre han tenido la creencia de que la medicina natural puede curar casi cualquier cosa y no ponemos en duda eso, pues todavía en la actualidad cuando existen un sin fin de nuevas tecnologías, seguimos empleando uno que otro método naturista para mejor nuestra salud e incluso para atraer las energías positivas a nuestra vida. Los antepasados de cada uno compartían el fiel credo en una planta que, según ellos, funcionaba con un imán para el dinero y la prosperidad. Se trata del arbusto de la fortuna.
Para muchos será solo un mito, pero en realidad esta planta es la causante de que quien la posea le vaya excelente a nivel económico. Algunos sujetos que tienen el arbusto en sus hogares afirman que desde el primer momento en el que lo adquirieron, su vida cambió por completo, sentían mucha felicidad, las energías negativas se alejaron y en su lugar llegó la prosperidad y el dinero.
La planta de la fortuna tiene su origen en el sur de África, donde es mejor conocida como “Jade”, sus hojas tienen un aspecto bastante parecido al dinero, de allí viene su nombre y fama. Las abuelas, el resto de familiares y amigos suelen regalarla especialmente a sus seres más queridos para que éste triunfe y le vaya muy bien en su vida, así que si te han regalado esta planta siéntete afortunado y agradecido.
Leyenda del arbusto de la fortuna
La historia por la cual esta planta se ha vuelto muy famosa data de hace muchísimos años, en la que un pobre granjero dedicaba su vida a trabajar para poder tener una buena vida en su futuro y brindarle lo mejor a su familia.
Una tarde, cuando el hombre iba camino a su casa luego de una larga jornada laboral, tropezó con una bella planta cuyas flores y hojas le llamaron enteramente la atención. Sin nada que perder, tomó el pequeño arbusto y lo llevó consigo hasta su hogar, lo ubico en el centro del mismo y procedió a verter agua y a cuidarla como cualquier jardinero cuida sus siembras.
Cada día al despertar, el granjero veía aquellas hojas y flores que tanto le habían gustado y que fueron el motivo por el cual las llevó a su casa y oraba en silencio al todopoderoso para que le bendijera y le dotara de buena economía.
No le importaba la cantidad de dinero que poseyera, mientras él viviera felizmente y que el dinero le alcanzara para mantenerse él mismo y a su familia.
Al poco tiempo, sus plegarias fueron escuchadas, pues el sujeto encontró una gran fortuna. Ese premio se lo atribuyó a la planta, y desde entonces la cuidó como si su vida dependiera de ello. A partir de allí creció la fama del arbusto de la fortuna y, actualmente, todavía se sigue adquiriendo y decorando cada hogar con ella.
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