¿Qué sería del mundo sin amor? Definitivamente nada y aunque muchos no crean en él, los señores Sweetman, son un claro ejemplo de amor verdadero, de ese que sin importar los años que pasen, perdura.
Y es que amor verdadero no es aquel que es perfecto sino aquel que sabe juntos enfrentar toda dificultad y obstáculo, tener una unión en donde predomina el respeto, la confianza y el amor.
En 1973, un fotógrafo sacó una fotografía cada mes a la siguiente pareja en el jardín de la casa de estos. El propósito no sólo era mostrar como perduraba el amor a través de los años sino también como cambiaba el jardín de ellos con cada estación.
Un hermoso proyecto que llamó mucho la atención y que rápidamente tuvo la aceptación de los demás, los créditos de estas bellas imágenes corresponden a Ken Griffiths y se dio inicio un día soleado con un jardín prácticamente vacío en el cual se acababa de sembrar semillas.
Esta es la adorable pareja protagonista del proyecto.
Conforme pasaron los meses, el jardín comenzó a tomar vida y tener muchos colores, florecía tal cual como el amor de este par de tórtolos, dos personas que se amaron por años y enfrentaron juntos todas las adversidades de la vida.
No es necesario explicar las imágenes si estas hablan por sí solas.
Sin importar que el invierno causara estragos en su jardín, el amor de ellos continuó intacto, sin marchitarse y siendo fiel a la promesa que un día se hicieron de amarse eternamente.
El proyecto se tituló ¨Jardín inglés¨, representa la variedad de flores y plantas cultivadas por esta pareja inglesa durante el año. Las imágenes muestran el resultado de una siembra con amor. Además, este precioso paisaje luce mucho mejor con los enamorados como protagonistas.
Sin embargo, a pesar de que todo parecía un éxito total, ocurrió algo inesperado. Lamentablemente la señora Sweetman falleció y en la última fotografía aparece su esposo solo con un jardín vacío. Una fotografía que nos ha roto a todos el corazón.
El señor Sweetman decidió terminar el proyecto honrando con la última fotografía la memoria de su amada esposa, posando en el lugar donde anteriormente había aparecido ella en las otras imágenes.
No cabe duda de que el amor verdadero existe pero llega a quien sabe esperar, además es indispensable nunca olvidar la importancia de alimentarlo con amor, confianza y respeto.